Por Daniel Reinoso
Edición: Cristian Aldauc.
El que habla es Luis Alberto Escobedo ex futbolista y veterano de
guerra de Malvinas. Toda la vida soñó con ser jugador de fútbol, al frente de
su casa había una cancha de fútbol, solo tenía que cruzar la calle y jugar
hasta que las sombras le ganen al sol. Su adolescencia se vio interrumpida
cuando se convirtió en Conscripto Clase 62´ del Ejército Argentino, no fue un
trámite de cumplir un año y volver a la vida civil, sino que el destino le
deparaba una nefasta sorpresa, Argentina entraba en guerra por la soberanía de nuestras
Islas Malvinas.
Después de volver del
infierno, cumplió su sueño, y jugó al fútbol en Los Andes, Belgrano y Racing de Córdoba, Colón, Vélez, Temperley , Dock Sud y Santiago
Wanderers de Chile.
A 38 años de aquella demencial aventura, él mismo nos cuenta detalles
de su vida.
-Llegada a las Islas
Malvinas:
“Nunca supimos a
donde nos llevaban, subimos a un avión y no conocíamos el destino, hasta que
llegamos a las Islas, allí nos dimos cuenta donde estábamos, el frío era
insoportable”.
-Cuando tomaron
conciencia del propósito de estar allí:
“Cuando empezaron los bombardeos, el convivir todo el tiempo
con el miedo, frío y hambre”.
“Estaba en una sección de Comunicaciones, el trabajo nuestro
era el tendido de cables de comunicación, no era simple, teníamos el mismo
riesgo de morir que cualquier otro soldado que estaba en primera línea.”
“Sabíamos que fuimos
obligados, ellos eran profesionales, aun así, demostramos que no éramos chicos,
mostramos valor, coraje y valentía, pero no fue suficiente, eran superiores”.
-Como fue ese 14 de junio:
“Y el comunicado de nuestra rendición fue muy triste, pero
al mismo tiempo un alivio, porque sabíamos que esa decisión les permitía a
muchos de nuestros compañeros salvar su vida, ya era suficiente las que
quedaron en Malvinas”.
“Solo pensábamos en volver a nuestros hogares y que
terminara esa pesadilla”.
-Estrés postraumático
de guerra:
“A mi regreso no hablaba nada con nadie de mi experiencia de
guerra, después me di cuenta que estaba mal, que debíamos hablar; Ninguno de
los gobiernos constitucionales hablaron o hicieron algo por los veteranos de
guerra”.
“Son muy pocos los artículos que dan cuenta de la cantidad
suicidios de soldados que no tuvieron contención en ningún aspecto”.
“Yo a lo
largo de mi carrera jugué en equipos populares, de mucha convocatoria, el buen
ambiente de vestuario, el compañerismo, compartir con Chaparro, Bianco,
Serrizuela (José Tiburcio),
Villita, la Chacha, Wolhein, Gasparini y muchos otros jugadores fueron la mejor
terapia que se puede hacer, eso me ayudo a salir”.
-El regreso y el
fútbol:
“A mi regreso yo abandone el fútbol,
solo quería conseguir un trabajo, a nadie le decía que era veterano, en ese
tiempo yo me había sacado el fútbol de mi cabeza”.
“Hubo muchos jugadores que me decían
que volviera a jugar, el que más insistió fue Serrizuela, quien es un hermano
para mí”.
“El que incidió para mi vuelta
fue mi papá, quien un día me invito ir a ver Los Andes - San Lorenzo en cancha
de Vélez, y ahí me surgieron las ganas de volver a jugar”.
“El miércoles siguiente fui a
saludar a los jugadores y cuerpo técnico y allí me dijeron si quería
incorporarme a las prácticas, a las dos semanas ya estaba integrado al equipo
de Primera División de Los Andes”.
-Llegada a Belgrano:
“Todo fue obra de Marchetta,
cuando dirigió Los Andes a Serrizuela y a mí nos hizo debutar en Primera y el
cuándo estaba en otro equipo siempre nos quería llevar, pero Los Andes no nos
dejaba salir”.
“Y cuando estuvo en Belgrano,
allí pude salir del Mil Rayitas, hice mucha fuerza para ir a Belgrano, llegué a
mitad de campeonato y sólo estuve en esa segunda rueda donde perdimos esa
increíble final con Banfield, todavía no podemos entender porque se perdió ese
ascenso”.
“El equipo me sale de memoria:
Ramos; yo, Céliz, Reyna, Chiera; Villagra, Villarreal, Martelloto, Blasón;
Ramonda y Parmigiani”.
“Mi etapa en Belgrano fue muy importante. La ciudad de
Córdoba es muy futbolera, la Liga Cordobesa era muy fuerte, salieron muchos
grandes jugadores de allí”.
-De Pirata a Académico:
“Después de ese campeonato, Belgrano negocia con Racing,
lo trae a Lucio Del Mull y voy como parte de la transacción”.
“Allí jugué un año y nos salvamos del descenso en cancha
de Boca ante Unión”.
“Cuando llegué ya habían pasado como entrenadores Van
Tuyne, el Chamaco Rodríguez y con Pedro Marchetta al frente del plantel, jugaba
con Ramos, yo, Noriega, Serrizuela, Quiñonez, Barrios, Eusebio Jacinto Roldan,
el ‘Chino’ Wolhein, Chaparro, la ‘Araña’ Amuchástegui, Argota, el gallo
Ferreyra, Cabral también jugo el ‘Chaucha’ Bianco”.
-Colón de Santa Fe:
“Jugué un año
excepcional, los mejores de mi carrera, eso me posibilito llegar a un Vélez
lleno de figuras”.
“En Colón
tuve la suerte de jugar con el ‘Chino’ Wolhein por el mismo andarivel, él más
adelantado, nos entendíamos de memoria, en todos los partidos tenía dos o tres
situaciones de gol pero era malo para la definición… A partir de allí es que
nace lo que llamamos ahora el lateral volante”.
-Vélez Sarsfield:
“El buen desempeño en el Sabalero me permitió llegar a Vélez
Sarsfield, un equipazo formaba con Fillol, yo, Lucca, Coloccini, Cardozo,
Cholito Simeone, Mancuso y el ‘Búfalo’ Funes, el ‘Ratón’ Zárate, Ricardo Gareca,
y a la izquierda lo hacían Morresi, Robinson Hernández, o Carlos Ischia, y
estaba el Chacho Cabrera, Pedernera, Giuntini y Bartero como arquero suplente.
Un excepcional equipo, de los mejores que integré”.
“Allí estuve
un año y como el pase le pertenecía a Racing, lo compré y me fui a Chile”.
-Santiago Wanderers de Valparaíso:
“En Chile jugué
de marcador central, que es mi puesto natural donde jugué dos años y lo hice en
gran nivel”.
-Que hubiera sido de la vida
futbolística de Escobedo de no haber existido la guerra:
“Hoy sería Director Técnico, hice el curso y muchos
quisieron llevarme a trabajar con ellos como el caso de Carlos Ischia cuando
dirigió Gimnasia de la Plata”.
“Cuando dejé la parte activa del fútbol me fui a trabajar
con las Agrupaciones de Veteranos de Malvinas, ellos me necesitaban más, la
problemática que la guerra deja al ex combatiente es muy crítica, secuelas
psicológicas muy grandes que llevo a muchos al suicidio, ni hablar de los
heridos y mutilados”.
“Serrizuela me dice, tendrías que haber llegado a más en
el fútbol, si hubieras jugado como marcador central, un jugador de mucha
técnica, eras para equipos grandes”.
-Porque jugabas de lateral:
“Por Pedro, en Los Andes me dice, que como salía bien con
la pelota, podía jugar por el lateral derecho como salida… Y de allí quedé en
toda mi carrera, cuando jugué en Chile volví a mi puesto natural”.
-Tu paso por clubes
importantes del país y del extranjero te permitieron ganar buen dinero:
“No para nada, cuando jugué y lo
que ganaba sólo me alcanzó para comprarle una casa a mis padres, en esa época
eran muy pocos los que hacían dinero, debías ser un fenómeno o tener suerte e
irte al extranjero; no es como ahora, que teniendo un buen representante vas a
cualquier equipo de Europa y ganas buena plata y aseguras tu futuro”.
“Estando en Racing de Córdoba y empatamos
con Unión en cancha de Boca, lo que nos permite salvarnos a nosotros e irse los
santafesinos al descenso, los dirigentes ni un café nos pagaron, con eso te
digo todo”.
Muchos adolescentes se recibieron de hombres, los héroes quedaron custodiando nuestras islas, los que volvieron y no la pasaron bien, el olvido es más lacerante que un disparo de fusil. Luis Alberto Escobedo tuvo en un vestuario de futbolistas la terapia para curar sus heridas; El fútbol salvó su vida.
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