Por Daniel Reinoso
Es la frase que Nicolás Almirón tiene grabada como un tattoo, en la vida no le fue nada fácil, en febrero del 2013 en un accidente de moto casi deja todas sus ilusiones de vida y del fútbol sobre el cemento.
Seis
fueron los años donde los estudios médicos diagnosticaban que uno de sus
pulmones no funcionaba – a raíz del impacto sus costillas lo habían perforado -
y que no podía volver a realizar actividad física y por ende jugar a lo que más
amo en su vida: el fútbol.
El estado anímico: “En lo anímico estaba muy mal, se me había
acabado lo que más quería, jugar al fútbol”
“Mi
madre y mis cuatro hermanos junto a mi esposa me ayudaron muchísimo para gozar
este gran momento tanto en la vida como en el fútbol”
El milagro de la vuelta a
las canchas: “En el 2018 después de realizar estudios particulares me
permiten jugar y lo hago en Villa Azalais hasta la pandemia en un muy buen
nivel, lo que me permitió ser convocado al Seleccionado de la Liga de Primera
B”
La Revisación Medica: “El examen físico clínico E.M.M.A.C me
sale bien, sin problemas para jugar; A los médicos les comente mi problema y
ellos me dicen que el pulmón no funciona y que tiene líquido, el cual con los
años tiende a desaparecer”
El rendimiento aeróbico dentro de la cancha: “El aire no me falta, pero me cuesta
recuperarme después de una corrida, a eso lo superare con entrenamiento y resistencia”
Su llegada a Huracán y su
presente futbolístico “Siento
un orgullo porque le puse lo máximo para volver y jugar en primera como lo
estoy haciendo ahora en Huracán”
“Quiero agradecer
a toda la gente de Huracán que me apoya y alienta”
“La
misma que me sigue dando al traerme a Huracán y jugar en la Primera División
algo que siempre había soñado”
Nicolás ‘Puyol’ Almirón, disfruta de su presente en Huracán, juega con un solo pulmón, pero le sobra aire para enfrentar las adversidades de la vida.
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