Edición: Leonel Altamirano
Iniciarse en el fútbol es igual o más difícil que hacerlo en cualquier otra actividad. Sostenida por los sueños de la edad, todos quieren llegar a jugar en el club del barrio y de allí intentar subir esa escalera de peldaños tan amplios e intentar llegar a jugar en equipos de nivel nacional.
Todos intentan, se esfuerzan y muy pocos saben que de miles queda uno, amplia desproporción, ante tamaña ilusión.
Mirar al entrenador por si te da una señal, y si no es así, hay que esperar.
Las horas pasan y el llamado no llega, mientras tanto seguir entrenando con esfuerzo y mucho ahínco, seguir persiguiendo un sueño detrás de una pelota.
A todos quienes alguna vez hemos jugado al fútbol hemos pasado por esta vivencia, nadie está exento, salvo los elegidos.
Ignacio Nicolás Ludueña, volante de creación, “juego de diez”, sintetiza. No es la excepción a las reglas, con 17 años de edad y en un mismo año, jugo en tres categorías diferentes en el Club Atlético Huracán de Barrio La France: cuarta, reserva y debut en primera.
Si parece ayer que llego con 13 años a probarse en el “Luminoso”. Nacho Ludueña, proyecto de gran jugador. Todos esperan que cumpla su sueño.
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