Por Daniel Reinoso.
El amateurismo en el fútbol argentino se ha convertido en sinónimo de olvido y descuido o ambas cosas a la vez, sus protagonistas en escasas cantidades son marcados con la estrella del éxito del profesionalismo, aunque tengan una relación simbiótica las diferencias de ambas categorías son marcadas.
El fútbol amateur o del ascenso
contienen un sinnúmero de historias de las buenas y de las otras, hoy nos toca
narrar una indeseable, que tiene como protagonista a Facundo Camafreita, jugador de Tiro
Federal de Rosario de la Liga
Rosarina de Futbol.
El 21 de marzo del 2021, era un
día y un partido más en la vida de Facundo, Tiro Federal enfrentaba a Olimpia: “Era
un partido normal, en una jugada aérea y como centrodelantero salto a cabecear
entre dos defensores y uno de ellos me aplicó un codazo en la cabeza, lo que me
produjo mareos y sangrado del oído”
“Me llevan en ambulancia a un
Sanatorio y allí me dan el diagnostico, hundimiento de parietal izquierdo y
fractura de tímpano”.
Los estudios pertinentes
determinan que debían operar y aquí aparece algo más detestable que la propia
agresión, el Club Tiro Federal
presidido por el señor Carlos Davola
se negó a pagar los gastos que insumía la operación, adujo que los clubes a
través de la Liga Rosarina pagan un canon a la aseguradora Berkley, ellos debían hacerse cargo de los gastos: “El
Club paga un monto de dinero a través de la Liga para cubrir hechos como el mío,
pero nadie sabe las clausulas o ‘letra chica” del convenio, la fractura y
operación al ser grandes no las cubría”.
Facundo dice que con el potencial
económico del presidente del club al igual que la Liga que recauda mucho dinero
podrían haber cubierto la totalidad de la operación: “Si, él podría haber hecho frente
a los gastos y se terminaba todo, además la aseguradora Berkley me propone
pagarme 200 mil pesos, la mitad de la operación pero con la condición de firmar
un documento eximiendo de responsabilidad a la Liga y la Compañía de Seguros,
algo que no acepte…”
Con
la negativa del Club y la aseguradora que no se hacía cargo del 100% de los
costos y la imperiosa necesidad de la intervención quirúrgica, Facundo debió
tomar una resolución: “No me quedo otra alternativa que salir a
pedir prestado dinero… y Gracias a Dios todo salió bien, ninguna de las partes
me reintegro un peso y debí vender una camioneta que es mi herramienta de
trabajo para poder devolver lo que me habían prestado”.
La espera se hizo larga, más de 5 meses esperando una reconsideración, algo que nunca llegó: “Ahora estoy asesorado por Abogados, que por su intermedio me han hecho estudios específicos en el oído, el cual todavía no está recuperado y ver el grado de incapacidad auditiva que me provoco la fractura, ellos están llevando mi caso”.
Como jugador de fútbol todavía
tiene ganas de seguir jugando: “Ya tengo el alta médica puedo jugar pero con
cuidado, la idea es entrenar este año y jugar en el 2022, tengo ofertas de otras
Ligas del interior como la de Casilda, Cañada de Gómez, pero a Tiro Federal nunca
más”
Otra historia más que mancha al futbol amateur, Facundo Camafreita la sufrió en carne propia con consecuencias que podrían haber sido más graves. La incompetencia e ineptitud de los que se hacen llamar dirigentes socavan los cimientos del amateurismo en el deporte, algo que se realiza por placer y satisfacción personal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario